Han pasado casi diez años desde el último acuerdo y cuatro años de negociación, pero ya tenemos la ansiada reforma de las pensiones con luz verde por parte del Congreso de los Diputados.

Se ha hecho de rogar, pero por fin tenemos en nuestro haber las recomendaciones del Pacto de Toledo para la reforma del Sistema Público de Pensiones . Este documento cambiará lo que se había establecido hace casi una década y modificará por completo el futuro de las jubilaciones en nuestro país.

Según la presidenta del Pacto de Toledo y exministra de Trabajo, Magdalena Valerio, este sistema debe seguir siendo un ‘instrumento de vertebración, inclusión y cohesión que garantice la paz social y estabilidad política’.

Aunque el texto final aun no está creado, este gran paso es un trámite que se está realizando en pro de una mejora social y las últimas votaciones deberían producirse como las de este texto de recomendaciones, sin sobresaltos.

El documento que se está votando se basa, a grandes rasgos, en cambios en el sistema de pensiones con el primer paso andado hacia los Presupuestos Generales de 2021, donde ya se encuentra la separación de fuentes de financiación (luz verde a transferencias para pagar los gastos impropios de la Seguridad Social) así como el traslado de incentivos fiscales a planes individuales de pensiones a otros planes de empleo.

Además de estos dos grandes cambios en la jubilación, también vamos a encontrar la recuperación del IPC como referencia para las revalorizaciones anuales de las pensiones. Así pues, las jubilaciones se encarecerán en 2021 en base al IPC, como ya ha ocurrido este año, lo que supondrá un coste en función de la inflación que se prevé. En total, la pensión se va a ver incrementada en el año próximo un 0.9%.

También se va a buscar, en esta reforma, la forma de realizar incentivos para el alargamiento de la vida laboral, por lo que se pretende llegar a la edad real de jubilación estipulada por ley. Actualmente, esta se encuentra en los 65 años y 10 meses, aunque la media real está en los 64 años y 6 meses.

Para dentro de unos 6 años aproximadamente, se estipula que la edad de retiro estará en los 67 años, así pues, por cada año que se le gane a la edad real de jubilación se recortaría un cuarto del déficit de la Seguridad Social y se ingresaría 4.500 millones de euros más al año.

En este mismo tema, en el de la edad de retiro, el Pacto también recoge la intranquilidad sobre los recortes a la jubilación anticipada forzada con trabajos longevos de cotización. Estos colectivos podrán beneficiarse de excepciones en las penalizaciones a los mismos.

Finalmente, en las recomendaciones de la futura reforma de las pensiones se habla sobre el impulso de los planes de ahorro complementarios en las jubilaciones. Para ello, se ha aprobado un fondo público de pensiones colectivo para hacer más fácil la adhesión de trabajadores a planes de ahorro a largo plazo y así incrementar el nivel de cobertura de la previsión social complementaria de España.