Se trata de uno de los ejercicios más saludables que pueden realizar personas de todas las edades, así es caminar diariamente.

Si conseguimos constancia y buen ritmo, caminar se puede convertir en uno de los deportes que mayores beneficios nos proporcione, tanto mental como físicamente.

Este verano puedes realizarlo aun estando fuera de casa. Caminar por la playa es ideal en época estival y lo podemos realizar sin apenas darnos cuenta si quiera.

Hay muchos motivos para realizar paseos por la playa, pero hoy os presentamos los más importantes para que empieces desde ya a realizar un cambio positivo en tu rutina diaria.

Una de las mayores ventajas que tiene caminar por la playa es que te ayuda a desconectar y reiniciar tu mente. Se trata de un excelente ejercicio de relajación. Olvídate de las preocupaciones y pasa un rato contemplando el mar y su belleza.

Además, como no podría ser de otra forma, también nos ayuda a nivel corporal. Poseeremos una mejor movilidad articular, sobre todo de los pies y piernas, porque caminar por la playa es mejor que caminar por una superficie lisa y con calzado. Cuida la posición del cuerpo a la hora de realizar esta rutina, sobre todo si tu edad ya es algo avanzada.

Si caminamos bien, vamos a ver resultados a largo plazo, así que, ¡paciencia! No vamos a pretender obtener cambios inmediatos. Todo depende del ritmo de paseo que lleves, del tiempo que le dediquemos, así como de nuestra forma física inicial. Cada persona posee unos hábitos diarios que actúan diferentes a la hora de comenzar a caminar.

Lo idóneo es pasear, en personas mayores, con el cuerpo estirado, respirando profundamente y moviendo los brazos sin forzarlos. Si tenemos alguna patología, lo primero que tenemos que hacer es acudir a un médico o fisioterapia para que nos aconseje si es bueno este ejercicio para nosotros.

En cuanto a las zonas por donde es mejor caminar, los especialistas señalan que puede ser tanto por arena húmeda, seca o adentrarnos un poco en el mar, todo es posible. Todo dependerá del tipo de entrenamiento que queramos llevar.

Obviamente si estamos comenzando, lo primero es ir por terreno seco, seguido de húmedo y, finalmente, como última alternativa, es sumergirnos en el mar. Esto requiere mayor esfuerzo y resistencia que, con el paso del tiempo, iremos adquiriendo de la constancia y la rutina que consigamos.

Y tú, ¿te animas a empezar una nueva forma de mantener nuestra salud a punto en la playa? Solo necesitas una actitud positiva y ganas de superar retos.