Existen numerosos estudios que consideran que tener una buena movilidad es vital para conservar nuestros músculos y articulaciones en forma.
Flexibilidad y movilidad, en principio, van de la mano, pues manteniendo una podrás obtener la otra fácilmente, aunque no son lo mismo como bien podrás comprobar en este artículo.
Primero, en este binomio, te tendrás que centrar en la movilidad. ¿Por qué?
Recientes investigaciones destacan que el concepto de movilidad está más indicado para mejorar la salud física que los estiramientos de flexibilidad. Dentro del mundo fitness, de la medicina preventiva y de la fisioterapia recomiendan mejor realizar ejercicios de movilidad antes de comenzar una actividad deportiva o rutina intensa.
Si basamos nuestro trabajo en movilidad, la flexibilidad la conseguiremos paulatinamente, sin centrarnos únicamente en este concepto, si no primero en movilidad y luego, más levemente, en los estiramientos.
Por tanto, las concepciones que tratamos se acercan, se ayudan, pero no significan exactamente lo mismo.
La movilidad es la capacidad de lograr un rango de movimiento determinado en una articulación.
La flexibilidad, por su parte, es estirar. Solo tiene en cuenta el estiramiento de algunos tejidos como los músculos, pero la movilidad presta atención a las articulaciones y los tejidos blandos, elementos esenciales en el cuerpo humano.
En el resto de especies no vemos la función de estirar, cosa que los seres humanos si hacemos… ¿a qué se debe? Básicamente porque, nosotros, a diferencia de la mayoría de los animales, pasamos sentados en la misma posición durante horas, si trabajamos unas 8 horas diarias, necesitamos estirarnos.
Mantenemos posturas antinaturales y sentimos la necesidad de estirar para revertir el daño que adoptamos en nuestra rutina diaria.
Los animales, sobre todo los cazadores, tienen una mayor flexibilidad sin necesidad de estirarse porque pasan mucho tiempo en el suelo, de cuclillas, haciendo sentadillas… en definitiva, los seres humanos somos más sedentarios que los animales.
Por esta razón tenemos restricciones en el movimiento y la incipiente necesidad de mejorar la movilidad y la flexibilidad.
La movilidad, como ya apuntábamos, tiene que primar siempre. Esto es debido a que ejercemos un control funcional sobre un rango de movimiento y aplicamos fuerza para mantenernos estables.
Esto es infinitamente mejor que ser flexibles, pues aplica tanto a nivel de rendimiento como de prevención de lesiones.
Para trabajar la movilidad, debemos ser proactivos y así cuidaremos nuestro organismo. Gracias a ella, aceleraremos la recuperación de la actividad física realizada, mejorares el rendimiento y nos alejaremos de los problemas ocasiones por una mala postura o ejercicio realizado.