Con este artículo recordamos a nuestro compañero en el momento de su jubilación y que su opinión se mantiene en plena actualidad.

Este artículo expresa única y exclusivamente la opinión personal de un jubilado que no quería retirarse tan pronto de la vida laboral. Os avanzo que mis palabras van a ser duras, sin paños calientes, pero ya nos son momentos de mantener las formas.

En los últimos años estamos viviendo un sinfín de situaciones que ni un escritor de ciencia ficción habría imaginado. Con este artículo quiero expresar mi punto de vista personal sobre la situación de miles de  personas que lo han dado todo en su vida laboral, ganándose el derecho a disfrutar de un merecido descanso y una pensión digna y que se está poniendo en grave peligro por las distintas situaciones provocadas por unos políticos sin escrúpulos, políticos metidos a banqueros con el simple afán de enriquecerse, banqueros sin más horizontes que enriquecer a los accionistas sin hacer caso a sus eslóganes de “el cliente es lo primero”, etc., y una justicia influenciada por los  políticos buscando eludir sus responsabilidades con leyes hechas a su medida y necesidades.

Estamos escuchando además una mentira tras otra, buscando con mensajes falsos tapar lo que nadie cree que se puede tapar y que solo tendría una salida justa: QUIEN LA HACE LA TENDRIA QUE PAGAR. En el trayecto, los políticos que nos gobiernan nos creen idiotas analfabetos, pero mientras tanto con artimañas supuestamente legales, hacen un quiebro tras otro a la justicia.

No se trata de que ahora vengan otras personas/políticos de nuevo cuño, que aprovechando el descontento prometan lo que no saben si podrán cumplir, ni que los que nos han conducido a esta situación (véase partidos mayoritarios) pretendan que creamos que son capaces de arreglar lo que ellos han estropeado.

 

¿Saben Uds. lo que más valorarían los ciudadanos?, pues es muy sencillo, que se sentaran en una mesa y buscaran el bien común, no el bien partidista. Sin embargo, no creo en esta solución por una sencilla razón, no existen líderes ni a la derecha ni a la izquierda capaces de anteponer el pacto a su ideología, o intereses partidistas o vaya Ud. a saber.

Miren Uds., ni somos idiotas, ni somos Analfabetos, ni creemos en sus mentiras, solo somos personas que nos hemos ganado el derecho a disfrutar de una pensión que nos hemos ganado de forma honrada, y después de trabajar y cotizar durante más de 30, 35 ó 40 años, no como la mayoría de los que nos gobiernan que con unos pocos años de trabajo disfrutan de prebendas que ni merecen, ni de han ganado, por lo tanto, no creemos que tengamos lo que nos merecemos.

Con esta situación, ¿Que podríamos hacer los mayores? Pues es muy sencillo de proponer y al parecer muy complicado de llevar a la práctica, UNIRNOS PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS Y PARAR LAS TROPELIAS que un día sí y otro también no paran de tomar medidas en contra de esos derechos adquiridos a fuerza de años y años de trabajo.

A partir de aquí, una llamada de atención a todos los dirigentes de las agrupaciones de mayores, en especial a los que las dirigen pensando en su provecho o intereses personales, váyanse los que piensen en primera persona y póngase en marcha los que de verdad quieran hacer algo por los jubilados y pensionistas.

Ya basta de estómagos agradecidos con las migajas que nos dan los políticos de turno a través de ayuntamientos, diputaciones o comunidades autónomas, que lo único que consiguen es mantenernos ciegos y sordos. SOMOS MUCHOS MILLONES DE PERSONAS y lo único que tenemos que hacer es lo que esperamos de los políticos UNIRNOS PARA DEFENDERNOS DE LAS TROPELIAS QUE UN DIA SI Y OTRO TAMBIEN cometen contra unas personas que además de los méritos adquiridos con el trabajo, ahora tienen que apechugar con las situaciones de los hijos y nietos que no disponen de un trabajo con el que sostener a sus familias.

Basta de quejarse esperando que sean los demás quienes nos solucionen los problemas, hay que mojarse y ponerse a trabajar, solo tienes que aportar tu voluntad. HAZTE PRESENTE Y NO TE ESCONDAS.

En homenaje a

José Manuel Cebrián