Desde hace algún tiempo, en todos los sectores de nuestra sociedad se está apostando por productos de cercanía.

En concreto, en la alimentación, la proximidad es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2023 que propone la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en lo que denominan alimentos de kilómetro 0 o productos de proximidad.

¿Cuáles son los beneficios de comer productos de cercanía?

Porque, no solo existe una razón, sino que vamos a darte muchas ventajas que ofrecen los alimentos de proximidad.

Lo primero de todo, es bueno para tu salud. Algo que todos queremos, ¿no es verdad?

El producto que vamos a comprar y consumir es más fresco y, por tanto, más nutritivo. Las frutas y verduras se han recolectado hace no tanto tiempo porque se reduce el tiempo de desplazamiento del centro de producción al de venta.

Tienen más sabor estos productos porque mantienen sus nutrientes óptimos y, además, ¡huelen de maravilla! No han pasado días, o semanas, en cámaras de almacenaje por lo que están deliciosos al paladar.

Y, como no, son más naturales. Estos productos de cercanía no están procesados o contienen aditivos perjudiciales para nuestra salud. Del campo a la mesa.

Pasamos de mejorar nuestro bienestar físico, a mejorar el medio ambiente. Un pilar fundamental para preservar la vida tal y como la conocemos por muchas generaciones más.

Los productos de cercanía contienen menor huella ecológica. Si compramos directamente al productor nos ahorraremos costes en transportes, congelados, etc. por lo que es una reducción importante de energía.

Vamos a evitar desperdiciar alimentos ya que, al comprar productos kilómetro 0 vamos a alimentarnos con pescados, frutas, verduras… que no se deterioran tan rápidamente.

Y, como no podría ser de otra manera, vamos a darle más vida útil a nuestros campos y fomentar la agricultura local.

La economía local es otra de las ventajas que tiene comer productos de cercanía.

Los mercados locales, donde se venderán, en su mayoría, estos productos km. 0, son áreas que se pueden convertir en un imán de turistas y curiosos, lo que llevará dinero a la zona. En definitiva, vamos a potenciar el agro-turismo, un motor del que sacar partido en esta experiencia.

Los pequeños productores van a salir ganando en esta apuesta por lo cercano. Apoyaremos a la región donde vivimos porque es una compra sin intermediario o grandes cadenas. Se generarán así nuevos negocios locales, nuevos puestos de trabajo, etc.

Estamos distribuyendo la riqueza porque, como todos sabemos, para los mercados de barrio les es difícil competir con los supermercados de grandes dimensiones que rebajan sus precios y es imposible de igualar.

Gracias a la compra de alimentos próximos, vamos a destruir poco a poco ese oligopolio.

Finalmente, no podemos olvidar a la comunidad que nos rodea.

Uno de los mayores beneficios de comer productos de cercanía es el fomento del concepto “comunidad” y el sentimiento de pertenencia al mismo.

Todos se conocen entre sí. Tanto el agricultor al ganadero, como al que lo va a vender en el barrio, así como a los consumidores finales.

Se crean lazos especiales entre ellos que les hace saber que están saboreando algo auténtico, de su entorno y que proviene del esfuerzo y trabajo de sus vecinos.

No hay nada mejor que ayudar al prójimo, y gracias a la sinergia que se crea a nivel local por consumir productos de proximidad, estamos mejorando nuestras vidas en todos los sentidos posibles.