La Asociación AESFAS lleva recibiendo, durante varios años, numerosas quejas contra los procedimientos seguidos en las oposiciones a docentes que organiza la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana.

Opositar no es tarea fácil. Una carrera de obstáculos para acceder al sector público que es difícil de sortear para cualquier persona, pero más complicado si lo hace una persona con discapacidad que, a priori, no debería tener diferencia alguna con el resto.

La gran cantidad de irregularidades que se están cometiendo en las oposiciones y adjudicaciones, año tras año, en los procesos de las oposiciones a docentes en la Generalitat Valenciana es lo que preocupa desde hace tiempo a la Asociación sin ánimo de lucro, AESFAS.

Aunque la queja es general, la peor parte se la lleva el colectivo de personas con discapacidad que tratan de opositar a plazas como docentes en la Comunidad Valenciana.

Sin ir más lejos, en las últimas oposiciones celebradas se ha podido observar una serie de irregularidades, algunas de ellas generales, y otras más discriminatorias hacía el colectivo de opositores con discapacidad, entre ellas:

– El inicio de las oposiciones se tuvo que retrasar después de publicadas por no cumplir con la normativa de plazo entre publicación e inicio.

– La publicación de listados de cada prueba se publica en los tablones de cada sede, y no siempre en la web de la Conselleria, por lo que las personas con discapacidad (y movilidad reducida) están obligadas a acudir a comprobar los listados o enviar a alguien.

–  Se publicó directamente el listado definitivo de las personas seleccionadas en las distintas fases de oposición sin haberse hecho público previamente el listado provisional, ya que contenía muchos errores, y la Conselleria se ha valido de este error propio para desestimar recursos de alzada, alegando que las personas perjudicadas no recurrieron el listado provisional en el plazo estimado.

– Determinadas personas con discapacidad han tenido que realizar el examen sin la adaptación pertinente, quedando en clara desventaja con el resto de los aspirantes.

– Muchas de ellas han tenido que desplazarse de una provincia a otra para examinarse en cada prueba pese a presentar movilidad reducida y/o una discapacidad visual.

– Las plazas para diversidad funcional desiertas, pasan al turno libre, en lugar de reservarse para diversidad funcional en otra convocatoria.

– No se cubre el porcentaje de plazas para diversidad funcional establecido por Ley para la función pública, y parte de la culpa son las trabas que se encuentran los opositores discapacitados.

La Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana prometió resolver todos estos problemas tras las últimas oposiciones de Secundaria en 2021, pero se está repitiendo lo mismo en las de Infantil y Primaria de 2022.

Por último, cabe resaltar un caso preocupante donde, por parte de la Conselleria de Educación Valenciana, se vulnera el derecho a la igualdad y se discrimina a una mujer con discapacidad:

Irene LV se presentó a esta última convocatoria de oposiciones en el turno de diversidad funcional para su especialidad. Esta persona aprobó, pero no pudo optar a ninguna de las dos plazas que se ofertaban en su turno, siendo su nota mayor que la de otros 11 participantes en las oposiciones que aprobaron por el turno libre.

Actualmente, esta persona afectada, tras presentar un recurso de alzada hace más de 6 meses, ha recibido una resolución por parte de la Conselleria de Educación desestimando su recurso, bajo el argumento de que no presentó alegaciones al listado provisional (ese listado que no publicaron por error de la propia Dirección General del Docente). Además de no aplicarse la Ley de la función pública, por encima de la Ley del docente, en la que se determina que una persona que haya optado por las plazas reservadas a personas con diversidad funcional, y que haya obtenido una puntuación superior por otros aspirantes del turno libre, y no hubiera obtenido plaza en el citado cupo de reserva, será incluida por su orden de puntuación en el turno libre al que corresponde. Ello representa una flagrante discriminación y vulnera los derechos constitucionales de esta opositora.

Toda esta información, se aportó por parte de la perjudicada y de la Asociación sin ánimo de lucro, AESFAS, a los principales responsables de la Generalitat Valenciana, Presidencia de la Generalitat, Conseller de Educación, Consellera de Bienestar Social, Directora General del Docente, Directora General de Diversidad Funcional, sin que nadie de la Administración Autonómica se haya dignado a interesarse o actuar frente a esta flagrante discriminación. Es más, después de haber recibido la última resolución de actuaciones por parte del Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, en el que insta a la Conselleria a enmendar esta discriminación, dándoles un mes, transcurrido el mismo, ni siquiera se han dignado a responderle.

Desde AESFAS denunciamos estas irregularidades, ya que, en una oferta pública, el proceso es el mismo para todos, y debería ser así en todos los casos particulares de opositores presentados, sin perjuicio alguno por razón de sexo, edad, condición o, en este caso, por diversidad funcional. Por ello, siendo la misma convocatoria, los mismos exámenes y pruebas, mismo tribunal, se comete una discriminación cuando un opositor discapacitado saca más nota que once opositores de turno libre, estos últimos entran y la persona discapacitada queda fuera.

La única vía que le queda a esta opositora con discapacidad es recurrir a los tribunales, retardando la resolución tres años o más, con el consiguiente trastorno que ello supone tanto para su futuro laboral como para su salud.

La Generalitat Valenciana debería demostrar el apoyo a la igualdad de género e integración de las personas con discapacidad en casos como este, y no es así. Las políticas de igualdad, inclusión, no discriminación y desarrollo de los derechos humanos se defienden con hechos, no con palabras. Bien que insta la Conselleria a que los docentes hagan lo imposible para trabajar por la inclusión de su alumnado en las aulas; sin embargo, ellos no hacen nada por la inclusión y la integración de sus docentes en el sistema. Es la otra cara de la moneda, la que no les interesa que veamos.