Un “boom” que ha llegado para quedarse. La comida saludable está instaurada ya en uno de cada cuatro hogares en la actualidad.

El auge, cada vez más frecuente, de las enfermedades relacionadas con los malos hábitos alimentarios ha hecho que las personas se apoyen más en la “healthy food” o comida saludable.

Se trata de una elección de menús más ligeros, con nuevos alimentos más sanos y que benefician al organismo de los consumidores.

Estos nuevos miembros de la sociedad consumidora sana están sensibilizados con las necesidades dietéticas especiales y eligen la gama healthy para sentirse mejor comiendo.

Si ya lo decía el dicho: “Somos lo que comemos”. Así que, ¿Por qué no comer bien si queremos sentirnos bien?

En eso consiste la “healthy food”, en evolucionar hacia una alimentación saludable y que nos ayude a tener un estado físico inmejorable.

Según datos de Food Navigatior , menos de un 40% de las personas considera que lleva una dieta saludable.

Los milennials son los que han propiciado que el concepto de comida saludable se instaure de lleno en la sociedad y traigan consigo un nuevo concepto de alimentación. Productos más simples, cercanos a la madre naturaleza, más frescos, menos procesados.

Nos vamos a centrar en alimentos nutritivos ricos en fibra, Omega 3, proteínas… productos orgánicos, bajo en azúcares y grasas.

No estamos hablando de una alimentación para adelgazar, sino para sentirse más a gusto con nosotros mismos en la forma en la que nos alimentamos.

Comprando alimentos “sanos” vamos a apreciar qué comemos y cómo lo comemos. Y ahí entra en juego también las etiquetas limpias. Que se nos cuente todo lo que lleva cada cosa, cómo se ha producido, de donde viene y qué contenido nutricional real contiene.

El consumidor no quiere ingredientes artificiales y falsas promesas de “bajo en grasas/azúcares/sal” que luego sean mentira.

Los adeptos a la “healthy food” quieren platos saludables que cuenten incluso con un packaging responsable y sostenible que beneficie al medioambiente. Y, por qué no, que sean asequibles para los que aún no están dentro de este mundo saludable.

El problema que siempre han tenido estos productos es su elevado coste en tiendas y los pocos establecimientos que distribuían variedad de productos.

Actualmente, y gracias a este “boom”, la cosa ha cambiado. La mayor parte de las cadenas comerciales que venden productos alimentarios cuentan con una sección bio o “healthy” donde el usuario puede disfrutar de una amplia gama y a precios algo más competitivos con el resto de alimentos de la tienda.

Ya no hay excusa, y no se trata de modas, se trata de salud y futuro.

Comer sano está de plena actualidad y es algo que nos encanta.