Recientemente se ha publicado un estudio donde se revela que no tenemos que obsesionarnos con reducir el sodio para mejorar nuestra presión sanguínea.
Ya podemos dejar de preocuparnos por la ingesta de sal a la hora de fijarnos en la tensión alta. Lo más recomendable en estos casos, y lo dice un estudio, es aumentar el consumo de potasio, calcio y magnesio.
No tenemos que pasar a comer platos insípidos para tener controlada nuestra tensión arterial. La OMS (Organización Mundial de la Salud) alerta que la hipertensión arterial supone la primera causa de mortalidad en el mundo entero, pero se puede vigilar de otra manera que no reduciendo por completo la sal al día.
Si consumimos menos de 5 gramos de sal al día y aumentamos, por otro lado, la ingesta de potasio en 3,5 al día podremos tener una buena tensión arterial.
Es más, otros estudios realizados en los últimos años han sacado conclusiones similares sobre el efecto del sodio en la tensión arterial. Uno de los más prestigiosos es el realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston en Estados Unidos.
En este análisis se explica que no existe ninguna evidencia de que “una dieta baja en sodio tuviera efectos beneficiosos a largo plazo sobre la presión arterial” afirma la doctora Lynn L. Moore, profesora asociada de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
Por lo tanto, la sal no es tan dañina como pensábamos.
Estas conclusiones se han sacado, además de investigando a fondo el tema, a través de estudios de población siguiendo la evolución de personas (hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 64 años) con presión arterial normal al inicio del ensayo.
Tras dieciséis años, los científicos encargados de la observación encontraron que las personas que consumieron menos de 3 gramos al día de sodio tenían mayor presión arterial que lo que consumían más.
Este tipo de estudios puede ayudar a orientar a las actuales guías alimentarias y destinarlas a un incremento en la ingesta de alimentos ricos en magnesio, potasio y calcio, para así mejor la presión arterial de los consumidores sin ver reducidos sus niveles de sodio.
Así que, a pesar de que no podemos realizar un alto consumo de sal diario, si que tenemos que saber que las cantidades normales nos ayudan a mantenernos sanos y es clave para el éxito contra la hipertensión.