Ledesma, pequeña localidad perteneciente a Salamanca, está a día de hoy declarada como conjunto histórico-artístico debido al gran patrimonio histórico que contienen sus tierras.
Se trata de una población con pocos habitantes, alrededor de 1500 personas, pero con mucho encanto a su vez.
Uno de los mayores atractivos de Ledesma es la historia que sus calles nos cuentan y es que se trata de una población que tiene vida desde tiempos prehistóricos, convirtiéndose así más tarde incluso en un vetón al que se le dio el nombre de Bletisama.
Para los desconocedores de la jerga histórica es importante saber qué es un vetón para contextualizar la historia de este singular emplazamiento. Así, los vetones eran un pueblo prerromano de cultura celta cuyo asentamiento de produjo principalmente en el territorio de las actuales provincias de Toledo, Zamora, Cáceres, Ávila y Salamanca, ciudad que nos acontece en este relato.
Es de vital importancia saber que esta población se encuentra situada al norte de la capital y que al este de esta corren las aguas del río Tormes, por lo que hasta sus alrededores constan de un paisaje memorable. De ahí que, tanto por su interior como por sus alrededores, Ledesma sea considerada una de las localidades pertenecientes a la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España.
Todo esto y todo su bagaje histórico hacen que Ledesma sea el lugar idóneo para disfrutar de naturaleza y cultura sin preocupaciones.
Un poco de historia
La cultura histórica de esta antigua ciudad romana es un gran atractivo para muchas personas que se deciden a visitar este emplazamiento, ya que en ella se han hallado diversos restos de gran importancia a lo largo de los años.
De hecho, fue tal su magnificencia que el nombre Ledesma obedece a la evolución lingüística que ha sufrido a lo largo de los años la palabra Bletisama, su antiguo nombre. Así, de pasó de Bletisama a Letisma y Letesma dando lugar al nombre por el que es conocida esta localidad a día de hoy: Ledesma, preservando así también parte de la historia del lugar.
Por lo que sabemos, acaecieron dos considerables eventos históricos en estas tierras. En primer lugar, a mediados del siglo VIII el primer rey de Asturias, Alfonso I, atacó Ledesma bajo el objetivo de cumplir una campaña de despoblación de la Meseta para así concentrar a la población cristiana en sus territorios.
Durante muchos años, las tierras de Ledesma estuvieran despobladas pasando por diferentes etapas históricas hasta 1611.
En el año 1611 el rey de León, Fernando II, concedió al fin fuero a Ledesma, la repobló y la convirtió en villa, siendo este su punto de mayor auge.
La gran historia que acaece a la localidad de Ledesma ha dejado tras de sí numerosos espacios para visitar y preciosos monumentos para admirar tanto dentro como fuera de su casco antiguo y de su muralla.
El mejor para visitar LEDESMA
Como podéis apreciar, el encanto y la historia de Ledesma son idóneos para pasar unos días de desconexión y de aprendizaje histórico debido a su patrimonio cultural. Por eso, os recomendamos encarecidamente que le deis una oportunidad a esta entrañable población dónde desconectar y disfrutar a orillas del Tormes.
Si estáis pensando dónde podéis quedaros recordad que podéis combinar historia y desconexión gracias al Balneario de Ledesma. El actual Balneario se asienta sobre las termas que usaron primero los romanos y luego árabes, acumulando casi dos milenios de historia.
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